PERMANENCIA
DEL LIBERTADOR EN CARTAGO
Hecho
notable para Cartago, la llegada y permanencia del libertador Bolívar entre los
días comprendidos del 29 de diciembre de 1829 y el 4 de enero de 1830.
Desde el instante mismo en que se conoció la noticia del día
y hora del arribo del padre de la patria a la ciudad, empezaron los
preparativos para recibirle tal como correspondía al hombre de guerra y al
Caballero de la Gloria y de la Libertad, que ya en el ocaso de su vida buscaba
afanosamente los caminos de la reconciliación con su espíritu y recorría las
rutas de la decepción y del dolor, como otrora recorriera triunfante los
caminos del nuevo continente en procura de la soñada independencia.
Nombrada por la Sala Municipal y las demás autoridades, la
Junta de Recepción -encargada de proclamar los actos- esta entro inmediatamente
en funciones, para lo cual se instaló en casa del procurador, señor Vicente del
pino, ubicada en la carrera 5 con cruce de la calle 8, procediéndose al nombramiento
de la junta directiva que quedó constituida en la siguiente forma: presidente el mismo de la Sala Municipal, Jerónimo
López Martínez; vicepresidente, Alonso Becerra; y secretario, Pedro A. Guevara.
(archivos del Concejo, Tomo 14 Folios 141 a 180).
Casa ubicada en la carrera 5ta con calle 8
Como es de rigor la antedicha junta principio sus labores
no solo asesorándose de personajes notables por su rango social y posición
cultural, que también por el caudal de sus ¨doblones´´ como que tenían el
encargo de financiar los actos programados para los seis días que habrían de
durar los regocijos públicos y las reuniones sociales con carácter de
acontecimiento extraordinario.
Y no podría ser de otro modo ya que el recepcionado había
alcanzado la cúspide de la gloria, se reputaba como esteta consumado y había
estado en contacto con la nobleza de principios de siglo, en las más rancias
capitales de Europa y de América. No en balde en la retina de sus ojos y en la
visión de su mente, habían quedado grabadas ´´la belleza y la estética de
aquella época de despotismo donde el clero deslizándose con tácitos pasos, era
el único que legaba a codearse con el poder y a veces a compartirlo con los
grandes, aunque aparezcan a través de la poesía y de la leyenda haber ejercido siempre el imperio
de un encanto aún vivo y revocado cada día
y el influjo de ese encanto, no es lo que menos nos ha hecho comprender cuanta
riqueza dieron los españoles a los americanos a trueque de la libertad´´ según
concepto de Emil Ludwig.
Pues que teniendo en cuenta quizá esta trayectoria y
antecedentes personales del Libertador, nuestros antepasados no omitieron
detalle para que su presencia en Cartago fuese grata. Fue así como el 27 de diciembre se dio principio a los festejos con
iluminación general y gran cantidad de juegos pirotécnicos lanzados desde los
distintos sectores urbanos, por los entusiastas comisionados que para tal
evento habían sido nombrados con anterioridad.
La
comisión de recepción quedo integrada por algunos miembros de
la Sala Municipal y por los señores
Fernando Ruiz Z., Demetrio Bonilla H., Juan Antonio Porras, Juan V. de la
Zabala, Mariano Hormaza y Matute y Mario Becerra Borja, quienes ultimaron todos
los detalles y organizaron la cabalgata que recibió al general Bolívar , más adelante del poblado de
Zaragoza y lo condujo por el antiguo camellón del sur (hoy avenida Décima) en
medio de inusitadas demostraciones de júbilo, hasta el propio corazón de la
ciudad, a la residencia de la familia Santibáñez, situada en el costado sur de
la plaza principal contigua al templo de san Jorge y en donde en el año de 1930
con ocasión del centenario de la muerte del libertador, se colocó una placa de
mármol conmemorativa que dice así: ´´Aquí estuvo el Libertador. 29 de diciembre
de 1829 a enero 4 de 1830´´´.
Casa de la familia Santibañez, donde se hospedo el Libertador
La
iluminación de la ciudad con mechones de gas facilito a
las gentes –de todas las clases sociales- la circunstancia de hacerse presentes
a las 7 de la noche, hora del arribo del notable personaje. Un grupo de
linajudas damas vestidas a la usanza y encabezadas por doña María Luisa del
Portillo y doña María Ladrón de Guevara, entrego una bella ofrenda floral y
coloco sobre las sienes del héroe una simbólica corona de laurel exornada de
rojos claveles.
Acto seguido el presidente de la Sala municipal y de la
Junta Recepcional pronuncio una bella oración exaltando los grandes atributos y
merecimientos del prócer declarándolo huésped de honor de la ciudad.
Este discurso fue contestado por el Libertador en feliz
improvisación adornada de figuras literarias y llenas de belleza y colorido,
aunque con voz apagada, que según dicen algunos observadores y comentaristas de
la época en las crónicas locales, denotaba ya el agotamiento corporal y la
depresión de espíritu que un año después habría de conducirlo –decepcionado y
amargado- a las pertas del sepulcro en San Pedro Alejandrino.
Después
de estos actos y de otros de protocolo, el libertador y su comitiva,
entre la cual se encontraban generales y oficiales de las campañas libertarias,
se retiraron a descansar con el fin de prepararse para el día siguiente donde
se cumplieron números y atracciones especiales que remataron con el gran baile
de gala ofrecido por don Francisco María de Cerezo y en cal se hicieron
presente los más encopetados personajes de la época. Dos de las más bellas
damas de entonces, doña Carmen Tulia Yuste y doña Mercedes Gómez recitaron –
durante la inolvidable velada- las más bellas poesías y se constituyeron en
motivo de admiración de todos los circunstantes, no solo por su belleza física,
que también por sus eximias cualidades sociales.
El
tercero y subsiguientes días –inclusive el de año nuevo de
1830- fueron dedicados por el libertador para atender visitas y comisiones que
iban a presentarle sus respetos. El quinto poso para que el distinguido pintor Jaime Joaquín Santibáñez – uno de los dueños de casa- pintara su retrato al óleo que,
según los conceptos de los entendidos en el arte pictórico, puede parangonarse
con las mejores obras en este género de la pasada centuria y de la época
colonial. Por tradición se sabe que este retrato perteneció al salón de
sesiones del Cabildo de donde desapareció en la primera década del presente
siglo, sin que nadie hasta la fecha sepa de su paradero.
Los
dos últimos días de la estadía del Libertador, los dedico a la
visita de los templos. Dice una crónica local que al penetrar al recinto de la
Iglesia Matriz de San Jorge, hubo de admirar la bella escultura española de la
Virgen de la Paz, donada a la ciudad por el Rey Felipe III y cuyo culto data de
1604 en que fue consagrada como soberana de la ciudad y Patrona del Nuevo Reino
de Granada. Recorrió los alrededores y sitios pintorescos de la ciudad. Anduvo
a pie y dialogo con las gentes sencillas y humildes que encontraba a su paso
con el fin de indagar sobre sus inquietudes y necesidades y sobre el concepto
que les hubiese merecido la recobrada libertad.
Oleo del maestro Humberto Moriones, donde se muestra al Ibertador siendo recibido en la Casa de Marizancena |
En estas condiciones se llegó el 5 de enero de 1830 en que
debía abandonar a Cartago. Con las primeras luces del amanecer se ultimaron los
preparativos para el viaje de regreso. No obstante, lo temprano de la hora, una
nutrida concurrencia se agolpo frente a la casa donde permaneció el libertador
por varios días con el fin de presenciar su partida. Un grupo de damas y
caballeros le acompaño en el recorrido hasta la salida de El Quindío, le
prodigo
atenciones y le dio el adiós de despedida. Entre los que lo acompañaron hasta San Sebastián de la Balsa, hoy Alcalá, figuran entre otras las siguientes personas: Jaime Joaquin Santibáñez, Casimiro Duran, Anastasio Gamba, Miguel Mendoza Bueno, francisco Gamboa y Joaquín Martínez Santibáñez, tesorero de rentas del distrito. (Archivo del Concejo, Tomo citado.)
atenciones y le dio el adiós de despedida. Entre los que lo acompañaron hasta San Sebastián de la Balsa, hoy Alcalá, figuran entre otras las siguientes personas: Jaime Joaquin Santibáñez, Casimiro Duran, Anastasio Gamba, Miguel Mendoza Bueno, francisco Gamboa y Joaquín Martínez Santibáñez, tesorero de rentas del distrito. (Archivo del Concejo, Tomo citado.)
Placa conmemorativa por la estadía del libertador en Cartago. Ubicada en el edificio Peada, antigua casa de la familia Santibañez
Carrera 5 entre calles 11 y 12 Parque Bolívar
Durante su estancia en Cartago, el Libertador escribió algunas cartas, entre ellas, una dirigida al General Rafael Urdaneta, fechada el 02 de enero de 1830, donde le expresaba textualmente: ``Mi querido General, recibí ayer tarde las comunicaciones del 18. Yo me iré del país sin llevar un peso conque vivir, pero prefiero pedir limosna en países plagios, a ser espectador de tantos horrores como nos esperan. Al fin yo soy solo, pero usted que tiene familia ¿que hará? Me duele en extremo su suerte. Usted puede elegir tomar asilo a Venezuela, ya que no tiene dinero conque salir del país. Usted sabrá lo que mas le conviene. Yo sigo pasado mañana por el Quindio mi marcha. llegare a Bogota del 12 en adelante``.
Otra carta envió a Jose Maria del Castillo y Rada, todavía desde Cartago, el 04 de enero de 1830, donde le decía textualmente: ``Mi estimado amigo, ayer he recibido la horrible noticia que ha venido de Venezuela; mas por el modo que en la esencia esto puede tener resultados muy fatales y capaces de disolver la República``.
Fuentes: Archivos del Concejo de Cartago
Otra carta envió a Jose Maria del Castillo y Rada, todavía desde Cartago, el 04 de enero de 1830, donde le decía textualmente: ``Mi estimado amigo, ayer he recibido la horrible noticia que ha venido de Venezuela; mas por el modo que en la esencia esto puede tener resultados muy fatales y capaces de disolver la República``.
Fuentes: Archivos del Concejo de Cartago
Daniel Arturo Gómez, en el libro ´´Cartago en la historia´´.
http://www.ventarte.com/colarte/conspintores.asp?idartista=1094
banrepcultural.org
delaurbe,udea.edu.co
archivodellibertador.gob.ve
http://www.ventarte.com/colarte/conspintores.asp?idartista=1094
banrepcultural.org
delaurbe,udea.edu.co
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